Los Frases cristianas de fortaleza Diarios
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Que nuestro Señor Jesucristo y Dios, nuestro Padre, que nos amó y nos dio gratis un consuelo inmortal y una atinado esperanza, los reconforte y fortalezca en toda obra y en toda palabra buena.
El sufrimiento de Cristo es un tema fundamental en los textos bíblicos. La Biblia nos muestra claramente que Jesús sufrió de guisa intensa y profunda por aprecio a la humanidad.
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Estamos tan comprometidos con la teología de la bondad de Dios que para todos los propósitos prácticos el problema del sufrimiento no parece importarnos. Pero si no es un problema, no requiere fe. Y sin Seguridad es imposible satisfacer a Dios. Razón por la cual la experiencia de Job es tan importante. El sufrimiento es real. Y es un problema.
La historia de Jesús y su sufrimiento es una de las narrativas más impactantes y conmovedoras en el cristianismo. Pero, ¿alguna momento te has preguntado por qué tuvo que pasar por tantas pruebas y tribulaciones?
Nuestras vidas son demasiado complejas para ese tipo de culpa y venganza, porque si bien los pecadores sufren a menudo por las consecuencias de sus vidas inmorales y corruptas, el sufrimiento todavía proviene de muchas otras fuentes como: el descuido, los accidentes, los actos intencionales de los demás y los desastres naturales.
Por cuanto permanecen fundados y firmes en la Convicción, sin ser removidos de la esperanza del evangelio que han aurícula, el cual ha sido predicado en toda la creación debajo del gloria (Col 1:23).
Para probar la fidelidad de Job, Dios permite que Satanás le quite primero todos los fondos, y luego a todos sus hijos.
Se entiende que las penas en verdad son diminutas y pasajeras en comparación con el more info Fortuna de empíreo que nos dilación. Por otra parte, los manantiales de la gracia divina a favor de la Iglesia y del mundo brotan de la cariño de los que subren en unión de aprecio con Cristo. La necedad del sacrificio de la propia vida por mor de Dios hasta el frontera del tortura ha sido siempre considerada en la Iglesia como la acto evangelizadora más eficaz.
La esperanza en él nos libera del miedo al futuro y de la incertidumbre. Sabemos que nuestro Dios es bueno, nos conoce y podemos confiar en que nos acertará la fortaleza necesaria para contraponer las dificultades que nos traiga la vida (Nahum 1:7).
Diez ángeles en el paraíso retuercen sus manos, cubren sus rostros, retuercen sus cuerpos y abren sus bocas en silenciosa congoja. Los hombres se muestran asolados por la pena, sus rostros reflejan expresiones serias y desoladas.
En todo caso, el sufrimiento hay que evitarlo, pero cuando no es posible entonces lo podemos ofrecer uniéndolo a los padecimientos de Cristo.